Zagalita, arrayán, ñachag, colca, para jardinería y restauración
Se mostrará la utilidad de la flora nativa en la restauración ecológica, el paisajismo y la jardinería. Se han planificado dos exposiciones más.

El reto empezó hace un año: ¿cómo armar una exposición lo suficientemente atractiva para ampliar la óptica de autoridades, constructores y, sobre todo, ciudadanía, sobre el papel de la flora nativa en la restauración ecológica, el paisajismo y la jardinería?
En la red de viveros de plantas nativas de Quito, Sembrando Raíces, y con la ayuda del científico Carlos Ruales, empezaron a escogerse plantas que sobreviven al paso de los siglos, después de que expedicionarios y científicos dejaran plasmada su existencia en ilustraciones.
Así, en Alambi Alto, Nono, se halló a la zagalita. En San José de Minas, en el vivero de la Fundación Ecuatoriana por la Ecología, la palma de cera. En Rasuyaku, Toacaso, la chachacoma. En Yunguilla, Calacalí, el chigualcán. El arrayán en Pata Ilaló.
Esas y otras plantas -como la ñachag, la colca y el yakón- junto a sus ilustraciones historiadas serán el condumio de la exposición “Plantas de Quito para el mundo, Flora nativa, restauración de paisajes andinos y jardinería”, que se inaugurará el 8 de agosto de 2025.
Desde el 10 hasta el 22 de agosto, quienes visiten el Jardín Botánico de Quito podrán admirar la muestra como parte del recorrido. La exposición luego irá al Zoológico de Guayllabamba, desde el 6 de septiembre hasta el 12 de octubre de 2025.
Finalmente, podrá ser visitada en la Universidad San Francisco de Quito. Para entonces, es posible que el público pueda admirar unas 35 plantas vivas e ilustradas.
El proceso ha tenido algo de azaroso. Si bien el objetivo era absolutamente claro, había que ver, en la práctica, qué plantas existían y podrían efectivamente desarrollarse hasta estar listas para la exposición. También había que cuidar que no se estropearan durante el transporte.
El montaje, realizado pocas horas antes de la inauguración, es también exigente, porque demandó hacer un cotejamiento final entre las ilustraciones y las plantas que estaban realmente en buenas condiciones.
El objetivo de la exposición
Ramiro Morejón, presidente de Sembrando Raíces e impulsor del bosquete del Parque Bicentenario, cree que la exposición servirá para seguir creando conciencia sobre el uso de la flora nativa en el paisajismo y la jardinería, que ya se puede ver en algunos edificios y centros comerciales.
Pero sobre todo en las autoridades, a propósito de la restauración ecológica. En 2024, hubo una saludable discusión, precisamente en el Jardín Botánico, que puso sobre el tapete la importancia de usar especies nativas para restaurar las zonas arrasadas por los incendios.
El Municipio tiene una mirada muy acotada sobre este tema, cuando debieran abrirse a una visión más amplia y con todos los viveros, señala Morejón. Cree que “hay que seguir tejiendo redes, alianzas, para que los procesos tengan mayor impacto”.
Como parte de la concienciación ciudadana, durante las visitas a los viveros se organizaron talleres con los niños de las comunidades en Alambi, San José de Minas y Yunguilla, en alianza con la Fundación Sendero Verde.
Los niños se familiarizaron con las plantas nativas, las dibujaron y produjeron objetos como fundas ecológicas que serán parte de las tres muestras.

La Red de Viveros
Sembrando Raíces es una iniciativa ciudadana que promueve procesos de forestación en espacios públicos de Quito, con árboles, arbustos y plantas herbáceas nativas, con activa participación de familias, grupos de amigos, organizaciones barriales o empresas.
Es lo que se puede observar, por ejemplo, en Alambi Alto (Nono), donde se ubica uno de los viveros donde se buscaron plantas para la exposición. Miembros de la comunidad, en especial mujeres, cultivan las plantas y ofrecen servicios de siembra y cuidado.
Es posible hacer una visita para observar sus árboles, arbustos y plantas, y los procesos que se siguen desde los semilleros hasta cuando la planta está lista para ser sembrada.
